La Hoya de Huesca, por su situación geográfica en zona de transición, albergó en época medieval la frontera entre las dos culturas hispanas dominantes. Su territorio es todo un tapiz de contrastes paisajísticos que además dan cobijo a una sugestiva variedad de elementos patrimoniales.
De todo el patrimonio cultural, los elementos de mayor relieve de los pueblos de la Hoya abren sus puertas al visitante para mostrar toda su riqueza interior en temporada estival. De este modo, la oferta fija de turismo cultural compuesta por la ciudad de Huesca, la Colegiata de Bolea, el Castillo de Loarre y la Iglesia de San Miguel de Foces de Ibieca, se complementan en verano con interesantísimos monumentos y centros expositivos de otras pequeñas localidades del territorio, ofreciendo así un amplio abanico de opciones para el visitante.
Podrá de este modo conocer y admirar nuestros hitos de la arquitectura románica y los sugestivos conjuntos de pinturas murales del gótico lineal conservados en sus templos de origen, y podrá igualmente comprender el pasado de nuestros pueblos a través de diversas muestras de patrimonio etnográfico rural.
El visitante encontrará las “Puertas Abiertas” en la Hoya.