A la entrada de Huesca, entre la antigua vía romana de 'Osca-Ilerda' y la actual Nacional 240, Quicena se sitúa en un terreno llano y conserva el trazado urbano que se centra en una larga calle que arranca de una plaza, amplia y de proporciones rectangulares, con edificios de sabor y rasgos de su historia milenaria. Con una ocupación agro-ganadera como principal actividad, la proximidad a Huesca le hace fomentar espacios residenciales y de expansión, planteando múltiples atractivos de tiempo libre y ocio.