Asentada sobre un banco de arenisca que fortificaron musulmanes y cristianos, se encuentra esta población del somontano oscense. Las murallas conservan lienzos, torreones y portón y entran hasta el mismo centro del pueblo. La iglesia parroquial se encuentra en lo alto del casco urbano, en línea con las murallas. Todo el conjunto es sumamente pintoresco, ya que las casas se han sabido acomodar a las exigencias del recinto amurallado.