La localidad se sitúa bajo los cerros del Estrecho Quinto y debe su nombre al 'Tertium milliarium' de la vía romana de Osca-Ilerda. Su caserío se agrupa en torno a una amplia plaza central, donde se ubica el templo parroquial. En el casco urbano se conservan algunos importantes casales con detalles arquitectónicos peculiares del siglo XVIII. En estas fachadas pueden apreciarse piedras armeras trabajadas sobre piedra y que nos hablan de algunos linajes altoaragoneses que se asentaron en este lugar. Sancho Ramírez donó el lugar al monasterio de Montearagón, en 1093. Posteriormente, Montearagón fue cediendo casas y tierras a los vecinos de la localidad hasta 1544, en que tuvo lugar la total transferencia, decretada por el abad don Juan de Urrea. En Tierz existía una residencia de canónigos del vecino monasterio, los cuales fundaron en la iglesia parroquial la Cofradía de Minerva, con función cada mes al igual que la del Corpus.