En el llano de La Sotonera, Lupiñén se asienta en la margen derecha del río Sotón. Su topografía urbana es irregular, con calles de bastante anchura. Se conserva en esta población la tipología clásica de las construcciones domésticas. Constan generalmente de planta baja, un piso principal y falsa o granero. Son obras de los siglos XVIII y XIX. Sobre las fachadas de los edificios puede observarse la interesante labra de las piedras armeras de distintas épocas. Entre ellos los escudos de los Oliva y de los Fabana. La localidad de Ortilla se sitúa asimismo en la inmensa llanura de La Sotonera, cruzada por la antigua vía de Huesca a Navarra por Cinco Villas. Posee una topografía urbana muy regular, al estar conformado por dos calles principales formando una cruz, más una plaza reducida en el centro del trazado. Su conjunto arquitectónico presenta una cierta homogeneidad, con casas de sillería y sillarejo, arcos para dar entrada a la vivienda y alféizares en las ventanas, detalles que confieren a la fachada una gracia que se completa con el remate de teja y ladrillo, y en algunos casos con alero de madera. Algunos ejemplares nos remontan a los siglos XVI y XVII. Existen en la población varias piedras armeras que blasonan los linajes de los Caveros, Cebrianes, Castros de Gistau y de los Otales. Ambas localidades forman una unidad administrativa que comprende también las entidades de Montmesa y las Casas de Nuevo.